Ir al contenido principal

Mañana

—¿Tú, con quien te atreverías?

Y odiaba mirarte, cada ocasión que alguien indagaba en ese tipo de temas. Era y es una de las peores costumbres que siempre tendré.

Porque estás ahí cada vez que llego, con tus ojos mirando fijamente en la dirección acertada.
Y ninguno lo evita, pero ambos fingimos que tan sólo son coincidencias.

Aún no lo entiendo, no tratamos de evitarlo, pero tampoco lo aceptamos.

Sé que jamás lo haremos.

Nunca podré decirlo frente a todos.
Tú ni siquiera te atreverás a aceptarlo.

Y continuaremos así, juntos, aunque sólo sea en las miradas discretas cada vez que alguno llega, en las fotos que tenemos pero jamás enseñaremos, en los abrazos duraderos que sólo ocurren cada vez que estamos solos.

—Con nadie.

Comentarios