Ir al contenido principal

Décima entrada

Recuerdo cuando comencé a observarla más cerca, a aprenderme sus gestos, a buscarle pecas o lunares en su rostro, a adorar sus vívidos pómulos, noté esa división curiosa entre sus labios y la piel que los rodea. Sus labios cautivan, sus hermosos y suaves labios. Oh, hace ya más de una semana no los tengo cerca exhalando cariño. Me hace sentir desgraciado.

¿Qué es en tiempo una semana? Es todo y nada. Para las esposas de los soldados que ven regresar a su amor después de alguna estúpida guerra significa una miga de tiempo, un tramo de la línea que junto con muchas otras crean la distancia y la nostalgia que la agobia la ausencia de su otra mitad. Para algún enamorado moribundo víctima de un imprudente que ocasionó un accidente automovilístico significa una vida con su amada, aunque haya perdido ambas piernas o su espalda ahora forme un ángulo extraño, tenerla cerca hasta que tenga que partir, en esos últimos momentos, aun sin completar la semana, la amaría más que nunca. Para los señores comerciantes puede ser el plazo máximo para tomar una decisión que definirá el rumbo de su negocio, despedir a todos sus empleados y dejar a sus familias angustiadas o prosperar. Para un joven estudiante podría significar seguir con su sueño de entrar en el intercambio cultural de su universidad por lo que en esa semana tenga que prepararse al máximo para conseguir un lugar e ir a devorar todos los libros en la institución que siempre ha soñado estudiar. Hay tantos significados de una semana como personas en el planeta. Soy tan ignorante como para no darme una idea de cuántas posibilidades cabrían en una semana.

Una semana para mí cambia mi vida. Una semana sin ella es un fastidio, semana en la que la noche parece durar más que el día (quizá porque despertaba a mediodía).

Comentarios