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Divagación 13:07

De día soy jueves, pero de noche me convierto en domingo

De día soy jueves, pero de noche me convierto en domingo. Mas ser jueves es consecuencia de haber sido domingo la noche anterior. Cómo no voy a estar intratable si despierto aún sintiendo ese horrible no sé qué de extrañar todo lo que dejé atrás.

Despierto tarareando la primera canción que me viene a la cabeza. La conozco, quién sabe de dónde. De cualquier manera me saca una pequeña sonrisa.

Soy nostalgia de jueves, de mí, porque evoco esas veces que quise que te fueras a vivir conmigo, que mi rutina favorita era pasar por tu zona de derrumbe —firme y dispuesto—, que corría hasta tus labios después de buscarte entre toda la gente.

Después de bañarme rápido, tomo el transporte público y llego al parque. Voy a nuestra banca favorita y me acuesto en ella. Sé que en un rato va a venir el policía barrigón a pedirme que baje los pies. Me da igual.

Cierro los ojos y junto las manos en el ombligo, respiro profundo. Oigo pisadas y adivino quién es.

—Buenas, joven. ¿Me haría el favor de bajar los pies de la banca? No queremos que se maltrate, ¿verdad?
—Ajá.

Me siento y veo el enorme espacio vacío a lado mío. Bajo la mirada y me pongo de pie.

—Oiga, joven, ¿y la señorita que siempre venía con usted?

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