—Esta es mi hora favorita del día.
—¿Las 20:07? (?)
—Sí.
—¿Por qué es tu hora favorita?
—Porque el aire se siente como si fuera noche, pero hay luz solar.
Dejo la frase flotando en el aire y recargo la cabeza en la ventana. Sonrío al ver el ocaso.
—En sí no es toda la hora, sino esos minutos donde los arreboles invaden el cielo y el silencio comienza a cundir; las lavadoras son encendidas, los pájaros se van a dormir y los grillos, en verano, hacen su sonido.
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