[...] «No deberías volver jamás a nada, a nadie, pues toda historia interrumpida tan sólo sobrevive para vengarse en la ilusión, clavarle su cuchillo desesperado, morir asesinado. «Mas sabes que la dicha es como un criminal que seduce a su víctima que la reclama con atroz dulzura mientras esconde la mano homicida. «Sabes que volverás, que te hallas condenado a regresar, humilde, donde fuiste feliz. «Sabes que volverás porque la dicha consistió en marcarte con la nostalgia, convertirte la vida en cicatriz; y si has de ser leal, girarás errabundo alrededor del desastre entrañable como girase un perro ante la tumba de su dueño... su dueño... su dueño...» —Félix Grande
Somos quienes escriben cuando no nos ven.