Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de enero, 2016

Ganivet, Ángel - Aun, si me fueras fiel...

Aun, si me fueras fiel, me quedas tú en el mundo, sombra amada. Muere el amor, mas queda su perfume.  Voló el amor mentido,  más tú me lo recuerdas sin cesar...  La veo día y noche.  En mi espíritu alumbra  el encanto inefable  de su mirada de secretos llena.  Arde en mis secos labios  el beso de unos labios que me inflaman,  que me toca invisible,  y cerca de mi cuerpo hay otro cuerpo.  mis manos, amoroso,  extiendo para asirla  y matarla de amor entre mis brazos,  y el cuerpo veloz huye,  ¡Y sólo te hallo a ti, mujer de aire! Fuente

Trigésima primera entrada

Noviembre 2014: No me sorprende la pesadumbre que le hace caer de boca aludiendo al otoño. Me volvería a ayudarle a levantarse. Pero me abstengo. Corro tal como lo hice en aquel lúgubre febrero que le abandoné por regresar al pueblo funesto que me inspiró a escribir las primeras entradas y divagaciones. Para ser preciso, un lugar distinto que me recordaba tanto ese pueblo fue lo que llamó mi atención. Mi estancia fue exprés y me porté como un desalmado, cabe decir. Sin embargo, al término de ésta, no pasó por mi mente el volver a usted. 

Divagación 03:33

«Otoño olvida el verde porque le gusta el café, marrón, naranja, no lo sé. Se desbaratan las frondas del viento. Árboles tiran sus hojas y listas para crujir ellas están. Nube, Sol y Lluvia son una sola y se vuelven arcoíris. Las tardes son lluvia de nostalgia y vientos de esperanza. El café se vuelve acompañante. Por fin, te miro y me miras. Me atrapas con el café de tus ojos.»