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Divagación 18:32 - 18:59

Desde una ventana del segundo piso del edificio verde más corriente, veo el terreno inmenso, al pasto explayarse con toda alevosía. Contados árboles se encuentran cerca del edificio como rascacielos entre el salvaje pastizal sin recortar. Fijo más mi atención sobre ellos. Saco la cabeza por la ventana sin vidrio y recargo mis manos en el alféizar. Un viento suave sopla y me entra frío en las orejas, a pesar de que no son más de las siete de la tarde.

A lo lejos una carretera. Los autos transitan. Ahora fijo mi mirada en una frágil señal de tránsito que se menea con el aire.

Más allá del vaivén de los autos, fluye el río. Un puente de modesto puente de manera pasa sobre él. Una gotita de lluvia cae en mi mejilla. Miro al cielo. Nubes gigantes se imponen en el cielo, como el césped en el suelo. Otra gota me cae en la sien. Otra en un párpado, justo cuando parpadeé.

Llevo mi mirada de nuevo a la carretera. Hay un auto detenido en el acotamiento. A pesar de la lejanía, se nota que la puerta del conductor quedó medio abierta. Pero el auto está vacío. Y hay una mujer que se dirige al puente. Su cabello largo se mueve descontrolado a merced del viento. Empieza a llover y ella no apresura el paso, ni siquiera intenta evitar el agua. Empapada llega a la mitad del puente, se detiene y se sube a la barandilla de éste. Ella salta.

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